Introducción
¿Quién ha dicho que no puedes tener tu árbol de la chirimoya en casa? El chirimoyo es una especie subtropical, originaria de Sudamérica, que necesita un clima suave y, sobre todo, constante para poder desarrollarse y florecer. En España, estas condiciones se dan especialmente en Andalucía (no en vano, la principal región productor de chirimoya del mundo), donde sus elevadas temperatuas y su alto número de jornadas con sol hacen que se obtenga una chirimoya dulce y aromática. Sin embargo, en el resto de España, que disfruta de un clima suave en general, hay numerosas regiones donde cultivar un chirimoyo es viable. Si tu zona ni sufre cambios extremos de temperatura incluso es posible que el chirimoyo dé sus frutos, e incluso, si tienes suerte y hay bastante sol y una temperatura lo suficientemente suave, que las chirimoyas sean comestibles y obtener un fruto de buena calidad.
A continuación te indicamos cómo realizar el proceso de principio a fin, desde el germinado de las semillas hasta la recolección del fruto, pasando por la polinización, la poda o el control de plagas, en varias entregas que iremos publicando cada pocos días.
Las semillas: elección, germinación y siembra
La germinación de la chirimoya es más problemática de lo que podría parecer en un primer momento a los profanos en la materia, pues las plantas del género anona incluyen en sus semillas compuestos inhibidores de la germinación.
Esto no quiere decir que no vayamos a poder hacer germinar nuestro chirimoyo; con plantar las semillas de chirimoya sin tratamiento previo con un poco de paciencia conseguiemos tener nuestra planta, pues la tasa de éxito se situa en torno al 60%. Eso sí, deberemos proporcionarle unos cuidados extra que, en todo caso, están al alcance de cualquier, a saber, mantener una temperatura suave en torno a los 25ºC.
Para que nazca tu chirimoyo también deberás tener un poco más de paciencia que con otras plantas más habituales. Donde ontras plantas germinan en unas semanas o incluso en pocos días, la chirimoya necesita un tiempo considerable que se puede prolongar hasta varios meses. Si no sigues cuidados extra, en aproximadamente un mes podría empezar a asomar una pequeña raíz. Si no lo hace, incluso te recomendamos que no desesperes y esperes hasta la primavera en caso de que hayas plantado en invierno. Pero si no puedes esperar y quieres tener el éxito casi asegurado y en poco tiempo, te recomendamos que sigas los siguientes consejos. Con este método, en dos semanas podrías tener una raíz y el primer brote con hojas verdes en aproximadamente mes y medio.
Al principio hay que regarlas en abundancia, proporcionarles calor y taparlas con plástico. Más adelante podrías ir retirando el plástico gradualmente durante el día hasta que al final puedas dejar tu incipiente chirimoyo al aire las 24 horas.
En los próximos días iremos completando la información en este apartado. Mientras tanto, puedes ir poniendo tus chirimoyas a germinar. ¡Estate atento a las actualizaciones de chirimoyas.es!Macetero y tierra
Ubicación
Riego
Cuidados básicos
Crecimiento
Aunque al principio les cuesta germinar, cuando se estabiliza, el chirimoyo crece rápido. Que luego lleguen a la edad adulta y produzcan frutos es más complicado. Sobre todo requiere de dedicación por nuestra parte, pues para conseguir chirimoyas hay que polinizarlas a mano.